Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los cuadros severos de diarrea se producen debido a la deshidratación grave, a las infecciones bacterianas generalizadas (septicemias), a la malnutrición y a inmunosupresión que pueden sufrir niños por alguna enfermedad de base. Se habla de diarrea ante la presencia de deposiciones de heces sueltas o líquidas que ocurren tres o más veces al día (o con una frecuencia mayor que la normal para la persona).
“Las diarreas en la primera infancia están entre los cinco motivos de consulta de urgencia más frecuentes, incluso -dependiendo de la época del año- pueden llegar a ser el principal motivo de visita al pediatra; de hecho, uno de cada cinco niños con diarrea suele presentar los cuadros moderados o graves que necesitan un abordaje especial. Todo esto implica más visitas a la guardia, ausentismo laboral de los padres y escolar del niño, y alteración de la rutina de toda la familia”, sostuvo la pediatra Mabel Carosella, directora del Grupo Pediátrico Belgrano R.
“Luego de las consultas por estados febriles, en segundo lugar se presentan las consultas por tos y por diarrea. Pero la diarrea, a nivel mundial, en países en desarrollo, constituye la segunda causa de internación, deshidratación y muerte, con una carga de enfermedad muy elevada. Si bien se estima que ocho de cada 10 diarreas tienen un origen viral, cualquiera sea la causa, lo que desencadena es un proceso inflamatorio intestinal que se manifiesta clínicamente con una diarrea, produciendo lo que llamamos una ‘intolerancia clínica’ a la lactosa”, manifestó el pediatra Fernando Burgos, de la Sociedad Iberoamericana de Microbiota, Probióticos y Prebióticos.
Lactosa
“Los niños pequeños con diarrea aguda no pueden digerir de forma temporal la lactosa, el tipo más común de azúcar en la leche y otros productos lácteos. La incapacidad para digerir y absorber la lactosa puede hacer que la diarrea empeore y se prolongue por más tiempo, por lo cual en los casos que no reciban leche materna se recomienda leche reducida en o sin lactosa, dependiendo del cuadro clínico, para beneficiar la evolución y acortar el proceso, evitando complicaciones relacionadas al efecto osmótico de la lactosa por intolerancia secundaria”, explicó la pediatra y gastroenteróloga Silvina Balbarrey.
Dentro de los diferentes tipos de diarreas en niños pequeños, están las agudas, que suelen durar entre siete y 10 días y se autolimitan. En estos casos, la recomendación primaria es la lactancia materna, pero para aquellos casos en los que -por diferentes motivos- el niño no esté lactando, el tratamiento incluye cambios en la dieta y leches de fórmula sin lactosa o reducidas en lactosa, con el objetivo de acortar el período, la frecuencia de las deposiciones y su volumen.
Luego están las diarreas prolongadas, que duran más de 14 días y que requieren tratamiento, y finalmente, las crónicas, que se extienden hasta un mes y que suelen tener una causa de base, como la inmunodeficiencia de la inmunoglobulina A (IGA), que es muy frecuente en los niños.
El déficit de IGA, que es la primera barrera de defensa en las mucosas digestivas y respiratorias, lleva a infecciones recurrentes, como por ejemplo gastroenteritis.
“Si la diarrea se prolonga, o incluso en los casos de las diarreas crónicas, siempre que el niño no esté recibiendo lactancia materna, lo que hacemos los pediatras además de un abordaje dietético con foco en garantizar la buena hidratación el niño, es reemplazar la leche que está recibiendo por alguna con menor contenido de lactosa o sin lactosa”, consignó la doctora Carosella.
Tal como refirió el doctor Burgos, en el consultorio se suelen ver casos de niños que, sin hacer un cuadro específico de diarrea aguda, pueden presentar parcialmente una intolerancia clínica a la lactosa, producida por cambios en la microbiota, nuevos alimentos o diarreas del viajero.
“Las leches medicamentosas reducidas en o sin lactosa están formuladas para esta condición y deben ser indicadas por períodos breves, mientras que, para aquellos con intolerancia congénita a la lactosa, que son casos infrecuentes y que conforman un grupo especial de pacientes, la indicación debe ser de por vida”, destacó el profesional.
Infecciones
Entre otras condiciones, la diarrea suele ser producto de una infección del tracto digestivo, que puede estar ocasionada por diversos organismos bacterianos, virales o parásitos. La infección se transmite por alimentos o agua de consumo contaminados, o bien de una persona a otra como resultado de una higiene deficiente. En cuanto a los síntomas, generalmente se presenta con disminución del apetito -que conlleva descenso de peso-, decaimiento y falta de interés por la alimentación.
Obras sociales
La Ley 27.305, sancionada en 2016, conocida como la Ley de Leches Medicamentosas, exige a las obras sociales y prepagas cubrir al 100% el consumo de leches de fórmula medicamentosas, entre las cuales se encuentran aquellas reducidas en o sin lactosa.
Con la receta médica expedida por el pediatra o gastroenterólogo pediatra, la ley garantiza el acceso a esta fórmula medicamentosa sin lactosa sin ningún costo. Sin embargo, en la actualidad, la mayoría de las familias que necesitan de alguna de estas fórmulas medicamentosas enfrentan dificultades, trabas y demoras en el acceso.
“Los pediatras, cuando indicamos estas leches medicamentosas, lo hacemos adjuntando el resumen de la historia clínica y amparados en la ley nacional, lo que genera una mayor aceptación por parte de las obras sociales y prepagas”, aclaró el doctor Burgos.
“Los padres deben recorrer un proceso burocrático para obtener la cobertura, que generalmente consiste en completar un formulario que les otorga la obra social, presentar un resumen de la historia clínica confeccionado por el pediatra y esperar a que finalice el trámite de autorización; todo este proceso muchas veces demora más tiempo del recomendado para el inicio oportuno del tratamiento”, concluyó la doctora Carosella.
Estudios: evidencia científica
Diversos estudios clínicos revelan que la inclusión de leches sin lactosa en lactantes y niños con intolerancia a la lactosa no solo reduce la duración sino también la severidad de las diarreas. Estos beneficios se atribuyen a la facilidad con la que el cuerpo asimila las leches sin lactosa, que proporcionan una fuente de nutrientes esenciales sin desencadenar respuestas gastrointestinales adversas. Se mencionan el estudio del doctor MacGillivray S. “Evitar la lactosa en niños pequeños con diarrea aguda”; otro liderado por el doctor Hossein Saneian, que indica que la leche de fórmula sin lactosa resulta en un alivio más rápido de la diarrea aguda y, por lo tanto, en menores índices de mortalidad y morbilidad. Y un metaanálisis, del doctor Nipat Simakachorn, que llega a la misma conclusión.